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Ikeda Sensei’s Lectures

Pasajes fundamentales del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente

Parte 5: Los capítulos «Parábolas y semejanzas» y «Creencia y comprensión» La Ley Mística es el tesoro invalorable que poseen todas las personas

Photo by Lillian I.

Donde saludamos al sol con alborozo  
desaparecen las preocupaciones existentes: 
todas las almas siguen rumbos diferentes, 
y por eso nuestro mundo es tan inmenso.[1]

Estas palabras de alabanza a la vida fueron acuñadas por el escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), uno de los grandes compañeros espirituales que me inspiró en mi juventud. Recuerdo haberle recitado varios poemas de Goethe a mi mentor, Josei Toda.

En mayo de 1981, junto a un grupo de jóvenes, estuve en la casa donde nació este literato en Fráncfort. La visita me hizo reflexionar sobre su vida extraordinaria.

El Centro Cultural de Villa Sachsen, de la SGI de Alemania —un tesoro amado por la comunidad— se yergue en la bella ciudad de Bingen, que, en palabras de Goethe, ofrecía «la vista más hermosa del Rin».

Hace veinte años (en 2003), di una conferencia en la Universidad Soka, en un recinto colmado de sagaces estudiantes, sobre la vida y la trayectoria admirable de Goethe. En esa ocasión, les pedí que continuaran brillando al igual que el sol, exactamente como había hecho el escritor.[2]

«Hay muchas alegrías en el mundo»

Según se dice, la madre de Goethe le escribió en una oportunidad diciéndole que había muchas alegrías en el mundo, para quien sabe dónde encontrarlas.[3]

El regocijo de vivir es la clave de la felicidad. No hay tesoro más grande que la sabiduría de buscar y desplegar alegría e inspiración en lo profundo de nuestra vida.

En el Sutra del loto, hay muchas imágenes de júbilo. Algunas de ellas describen que «danzaron de alegría»[4] o que «sus corazones se colmaron de alegría indescriptible».[5]

Nadie se regocija tanto como los discípulos de Shakyamuni que escuchan la voz cuando, a través de la sabiduría del Buda, toman conocimiento de su verdadero potencial inherente y descubren que, lejos de estar excluidos del logro de la budeidad [como se les había indicado en las enseñanzas anteriores al Sutra del loto], en realidad están destinados a manifestar este estado y ayudar a los demás a hacer lo mismo.

Nosotros también, al ser miembros de la Soka Gakkai que creemos en la Ley Mística y la practicamos, dejemos escrita una historia triunfal imbuida de inmensa dicha, revelando nuestro estado de vida primigenio e innato a través de entonar Nam-myoho-renge-kyo con plena conciencia de nuestra misión.

Capítulo 3: «Parábolas y semejanzas»

Nueve puntos importantes

Punto 1, acerca del capítulo «Parábolas y semejanzas»

El quinto volumen de Palabras y frases del «Sutra del loto» dice [con respecto a la expresión «parábolas y semejanzas» (en jap.: hiyu): «Hi, semejanzas, significa comparar entre una cosa con otra; yu, parábolas, se refiere a ejemplificar e instruir. […] El gran amor compasivo del Buda es incesante. Y […] su sagaz sabiduría es ilimitada […]».

El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente señala: «El “gran amor compasivo” es como el sentimiento benevolente y compasivo que siente una madre por su hijo. Hoy, es el amor compasivo y bondadoso de Nichiren y sus seguidores.[6]

Las parábolas expresan la sabiduría y el gran amor compasivo del Buda

Para que todos sus discípulos que escuchan la voz puedan lograr la iluminación, Shakyamuni lleva a cabo en el Sutra del loto tres tandas de prédica,[7] considerando las capacidades de aquellos para comprender sus enseñanzas. La primera tanda de prédica se centra en la doctrina; la segunda, en las parábolas, y la tercera, en las relaciones [es decir, esclarece la conexión que une al Buda con sus discípulos desde existencias pasadas]. Esta vez, nos enfocaremos en los capítulos tercero y cuarto del Sutra del loto, «Parábolas y semejanzas» y «Creencia y comprensión»,[8] en los cuales la prédica se basa en parábolas.

El uso frecuente de estas narraciones es una de las características distintivas de las tres tandas de prédica. De hecho, de las siete parábolas[9] que aparecen en el Sutra del loto, cinco de ellas se exponen en dos tandas de prédica, una centrada en las parábolas y la otra, en las relaciones.

En el pasaje antes citado del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, Nichiren Daishonin cita una frase de Palabras y frases del «Sutra del loto», de T’ien-t’ai,[10] para explicar que las parábolas del capítulo tercero son funciones del amor compasivo inextinguible del Buda y de su sabiduría creativa ilimitada.[11]

Las parábolas son más que alegorías literarias; expresan —de hecho, constituyen— la sabiduría y el amor compasivo del Buda. En el Sutra del loto, Shakyamuni dice: «[L]os seres vivos que habitan [en los tres mundos] son, todos, mis hijos».[12] Como indican estas palabras, los relatos del Buda se originan en su profunda preocupación por todas las personas, como si fueran sus hijos, y en su ardiente deseo de protegerlas y guiarlas a la iluminación.

Nichiren Daishonin describe el «gran amor compasivo» del Buda, cuya aspiración es que todos los seres manifiesten la iluminación, diciendo que es «como el sentimiento benevolente y compasivo que siente una madre por su hijo».[13] Ese «gran amor compasivo» es absoluto e incondicional, y naturalmente se genera en el estado de vida del Buda. El Daishonin luego agrega: «Hoy, es el amor compasivo y bondadoso de Nichiren y sus seguidores».[14]

La fuerza de ese gran sentimiento es lo que le permitió al Daishonin mantener su lucha para propagar la Ley ampliamente, triunfar sobre todos los obstáculos e incluso sobre las persecuciones contra su vida, para liberar a los seres de sus aflicciones. Los maestros y discípulos de la Soka, continuadores de la lucha altruista del Daishonin, han difundido la Ley Mística en todo el orbe con fe inquebrantable, convirtiendo ese amor compasivo en actos valientes. La familia Soka es una noble asamblea de personas comunes que corporifican «el amor compasivo y bondadoso de Nichiren Daishonin y de sus seguidores».[15]

Nuestros miembros, aun expuestos a dificultades personales, siempre están orando y actuando sin reservas, dispuestos a tender una mano, para ayudar a los demás a superar sus problemas. Escuchan sinceramente y reconocen lo que angustia a los semejantes. Su afectuoso y comprensivo apoyo activa la fuerza latente de quienes se debaten ante situaciones penosas. Esto expresa su benevolencia y es la forma en que viven los bodisatvas. Nuestros camaradas, por propia iniciativa, viven inmersos en la realidad del pueblo y ponen en práctica esta solidaridad y este profundo amor humanitario.

Las parábolas del Sutra del loto son historias de revitalización

Las parábolas del Sutra del loto son historias de revitalización. Son sagas en que el Buda, a través de su sabiduría creativa y de su amor compasivo, revela la naturaleza de buda latente en el corazón de todos los seres humanos y visibiliza la dignidad y el valor supremo de cada persona.

La amplia diversidad de experiencias en la fe que tienen nuestros miembros da testimonio del poder de la Ley Mística. Son historias de revolución humana que inspiran y guían a los semejantes en toda clase de circunstancias y estilos de vida. El budismo enseña el principio de «adoptar voluntariamente el karma apropiado».[16] Esto significa que elegimos nacer en el mundo con toda suerte de problemas, y que nuestra misión es superarlos y dar pruebas reales para mostrar que se puede transformar el destino a través de la práctica budista. Nuestros testimonios de cambio son sagas triunfales que inspiran y elevan a otros, y afirman la dignidad de la vida de cada uno. En tal sentido, tienen el poder de aliviar el sufrimiento de los demás e impartir alegría.

Si nuestro presidente fundador, Tsunesaburo Makiguchi, hacía hincapié en los encuentros de diálogo para promover el kosen-rufu era porque, en cierto sentido, estos espacios simbolizaban la fuerza de iluminar e instruir, como lo hacen las parábolas o relatos ilustrativos del Sutra del loto. Siempre daba importancia a compartir experiencias reales de la fe, más que a tratar los discursos doctrinales o a las teorías difíciles.

Ofrecer pruebas concretas sobre el beneficio de practicar el budismo Nichiren permite convencer e inspirar a otros que están lidiando con dificultades en su vida; es infundirles valentía y fuerzas para que enfrenten su karma sin rodeos. Las reuniones de diálogo de la Soka Gakkai, donde los miembros transmiten este tipo de experiencias, son asambleas contemporáneas del Sutra del loto, pletóricas de convicción, júbilo y vitalidad que surgen de la fe.

Capítulo 4: «Creencia y comprensión»

Seis puntos importantes

Punto 1, acerca del capítulo «Creencia y comprensión»

[…] La creencia representa el valor o precio que asignamos a una joya o a un tesoro; la comprensión es la joya en sí misma. La palabra «creencia» es lo que nos permite adquirir la sabiduría de los budas de las tres existencias. Esa sabiduría es Nam-myoho-renge-kyo.

La creencia es el origen de la sabiduría y corresponde al nivel en que se escucha el nombre y las palabras de la verdad […].

Cuando Nichiren y sus seguidores creen en Nam-myoho-renge-kyo y lo aceptan, toman posesión de una joya de valor inapreciable; como dice el capítulo «Creencia y comprensión» [del Sutra del loto], «[e]ste cúmulo de joyas inapreciables ha llegado a nosotros sin que lo hayamos buscado[17]».[18]

A través de la creencia y de la sabiduría, manifestar un estado de vida sin límites

A continuación, estudiemos una parte del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente que versa sobre el capítulo «Creencia y comprensión» (4.o) del Sutra del loto.

Antes del pasaje que estamos estudiando, el Daishonin señala:

La verdad de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital también se origina en esta única palabra «creencia» o «fe», y es a través de esta sola palabra «creencia» como obtuvieron su iluminación los budas de las tres existencias del pasado, presente y futuro.

La «fe» es una filosa espada que cercena la oscuridad o ignorancia fundamental[19].[20]

Nos dice que la creencia vence la oscuridad fundamental y nos permite expresar en nuestra vida, en términos reales, el principio de los «tres mil aspectos contenidos en cada instante vital». La creencia o fe es lo que nos posibilita lograr la budeidad con la forma que cada uno posee.[21] Siempre debemos recordar que incluso Shariputra, cuya sabiduría no tenía parangón en la comunidad de discípulos del Buda, pudo «obtener el acceso a través de la fe».[22]

La «comprensión» denota un dominio completo de las enseñanzas del Buda. El Daishonin señala: «“Comprensión” es otro nombre de sabiduría».[23]

Lo explica recurriendo a la siguiente analogía: «La creencia representa el valor o precio que asignamos a una joya o a un tesoro; la comprensión es la joya en sí misma. La palabra “creencia” es lo que nos permite adquirir la sabiduría de los budas de las tres existencias».[24]

Con el valor de nuestra creencia o fe, adquirimos la sabiduría que representa el gran tesoro de los budas de las tres existencias. La fe es el «origen de la sabiduría»[25] y la clave para lograr la budeidad. La fe en Nam-myoho-renge-kyo nos permite, tal como somos, activar el elevado estado de vida de la budeidad.

La creencia y la comprensión se alimentan mutuamente

Sin embargo, la fe que describe el Sutra del loto no es una fe ciega. Una fe que no permite a las personas pensar o razonar por sí mismas convierte a los creyentes en individuos débiles y vulnerables.

A menudo, el señor Toda decía que la fe busca la comprensión de la verdad, y que el entendimiento adquirido profundiza la fe.

La creencia que expone el budismo Nichiren valora nuestra capacidad de raciocinio y se nutre del intelecto y del conocimiento. El Daishonin sintetiza así la relación entre la fe y el entendimiento en el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente: «Donde hay creencia o fe, hay comprensión; y donde hay comprensión, habrá fe. Sin embargo, es la fe lo que asegura absolutamente que uno logrará la budeidad».[26]

También dice que la «creencia» significa «creer en la sola verdad o principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos» mientras que la «comprensión» corresponde a «la [sabiduría] que funciona de acuerdo con las circunstancias cambiantes, es decir, “la sabiduría [inconmensurable] que se adquiere y se emplea libremente”».[27]

A través de la fe en la Ley Mística, podemos desplegar sin límites la sabiduría de la budeidad para superar toda clase de dificultades. Esas experiencias fortalecerán nuestra convicción y, ciertamente, reafirmarán y profundizarán nuestra fe, lo cual, a su vez, encenderá en nuestro corazón una mayor pasión de impulsar el kosen-rufu.

Podemos hacer que nuestra vida irradie suprema sabiduría y creatividad, a través de ahondar y dedicarnos a la fe, la práctica y el estudio, y de acrecentar ese compromiso día a día.

Punto 5, acerca de las palabras «Este cúmulo de joyas inapreciables ha llegado a nosotros sin que lo hayamos buscado»[28]

[…] Y ahora, en la vida de Nichiren y de sus seguidores, lo insuperable es Nam-myoho-renge-kyo. De todas las cosas insuperables, es la más elevada.

Es la Ley prodigiosa [Nam-myoho-renge-kyo] que se describe […] como un «cúmulo de joyas insuperables», un conjunto de gemas que representa la totalidad de los paramitas,[29] las diez mil prácticas religiosas y las diez mil buenas acciones de todos los budas de las tres existencias del pasado, presente y futuro.

Y sin esfuerzo o penurias, sin prácticas religiosas o buenas acciones, este cúmulo de joyas insuperables puede ser de nuestra posesión por medio de la sola palabra «fe» [es decir, fe en Nam-myoho-renge-kyo]. Por eso el pasaje dice que ha «llegado a nosotros (jitoku) sin que lo hayamos buscado».[30]

La parábola del hombre rico y su hijo pobre, relatada por los discípulos de Shakyamuni

A continuación, estudiemos la parte del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente sobre el pasaje del Sutra del loto que dice: «Este cúmulo de joyas inapreciables ha llegado a nosotros sin que lo hayamos buscado».[31] Esta jubilosa exclamación señala el inicio de la parábola del hombre rico y su hijo pobre, que aparece en el capítulo «Creencia y comprensión». Los que exponen dicha alegoría son los cuatro grandes discípulos que escuchan la voz —Mahakashyapa, Maudgalyayana, Katyayana y Subhuti— para demostrar que han comprendido el relato expuesto por Shakyamuni sobre los tres carros y la casa en llamas,[32] en el capítulo «Parábolas y semejanzas» (3.o).

Lo que narran es la historia de un hijo que se marcha de su hogar a muy temprana edad y vaga por la vida durante cincuenta años, siempre sumido en la pobreza. Un día, su camino se cruza accidentalmente con el de su padre, un anciano muy rico que había pasado todos esos años buscándolo. Pero el hijo no reconoce a su progenitor; en cambio, se siente intimidado ante alguien tan imponente y lo trata con admiración reverencial. Además, por el tipo de vida que ha llevado, no tiene autoestima ni expectativas en sí mismo.

El padre, en lugar de revelarle su identidad, le ofrece empleo. Primero le encarga tareas manuales y de servicio; de a poco, le va asignando ocupaciones de mayor responsabilidad. Finalmente, lo nombra administrador de todos sus bienes y riquezas, y, a través de su trabajo, el hijo llega a ser alguien respetable a los ojos de todos.

Cuando el padre está por morir, llama a sus familiares, al rey de la nación y a los altos ministros del reino, y anuncia: «Este es, ciertamente, mi hijo, y yo soy su padre verdadero. Ahora, le transferiré íntegramente todos mis bienes y mi patrimonio, y todo cuanto poseo».[33] Y el hijo se colma de regocijo al verse poseedor de un tesoro insuperable, que ha llegado a él sin que lo hubiera buscado.[34]

En la parábola, el hombre rico representa a Shakyamuni, y el hijo pobre, a los que escuchan la voz, discípulos a quienes, hasta ese momento, se les había negado la posibilidad de lograr la iluminación. La fábula nos enseña que el tesoro insuperable de la naturaleza de buda existe de manera innata en todos nosotros.

Insuperable significa inapreciable, invalorable o supremo. El estado de vida de la budeidad, según lo describe el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, «de todas las cosas insuperables, es la más elevada».[35] Es el tesoro invalorable que todos poseemos por igual.

Tomar posesión de un «cúmulo de joyas inapreciables»

El «cúmulo de joyas inapreciables» representa la totalidad de los beneficios adquiridos a través de las buenas acciones y prácticas que llevan a cabo los budas de las tres existencias, en su afán de lograr la iluminación. El Daishonin nos dice que todos esos beneficios inmensos son inherentes a Nam-myoho-renge-kyo.

«Sin esfuerzo o penurias, sin prácticas religiosas o buenas acciones, este cúmulo de joyas insuperables puede ser de nuestra posesión por medio de la sola palabra “fe” [es decir, fe en Nam-myoho-renge-kyo]»,[36] señala el Daishonin. Con ello, destaca cuán grande y maravilloso es nuestra práctica de entonar la frase Nam-myoho-renge-kyo. Es extremadamente difícil y, a la vez, asombroso comprender que, en la sola frase Nam-myoho-renge-kyo, está contenido el fruto de la budeidad —el «cúmulo de joyas inapreciables»—, que tantos practicantes del Camino habían aspirado a obtener a través de largos eones de esfuerzo, mediante las enseñanzas anteriores al Sutra del loto.

El solo hecho de creer en ello requiere una batalla incesante contra la ignorancia fundamental. Cuando continuamos entonando Nam-myoho-renge-kyo, a pesar de todos nuestros sufrimientos y aflicciones, podemos disfrutar de una buena fortuna ilimitada, como si hubiésemos acumulado todos los tesoros del universo en nuestra vida.

Pletóricos de «vigorosa fuerza vital» y de «buena fortuna y beneficios espléndidos»

El pasaje del Sutra del loto señala: «Este cúmulo de joyas inapreciables / ha llegado a nosotros sin que lo hayamos buscado».[37] «Sin que lo hayamos buscado» denota que las personas de los dos vehículos —los que escuchan la voz y los que toman conciencia de la causa— habían renunciado a lograr la budeidad y no esperaban siquiera alcanzar dicha recompensa.

«Ha llegado a nosotros» quiere decir que esos tesoros supremos no son algo distante o ajeno a nuestra vida; se encuentran dentro de nosotros. Están allí para que los descubramos y los dejemos brillar. Necesitamos tomar conciencia del tesoro supremo de nuestra budeidad inherente, activarla y afianzarla como identidad fundamental.

El Gohonzon, el «cúmulo de joyas inapreciables», nos permite a todos los seres manifestar el tesoro supremo de la budeidad.

Cuando perseveramos en la fe y en la práctica del budismo con espíritu de búsqueda inquebrantable, adquirimos un estado de vida extraordinario, que supera todo lo imaginable.

El señor Toda dijo: «Quienes oran al Gohonzon con alegría y transmiten jubilosamente el budismo Nichiren a los demás son personas de fe genuina. A esta clase de individuos, sin que lo hayan buscado, el Gohonzon les confiere tesoros inapreciables; esto es, una vigorosa fuerza vital, y buena fortuna y beneficios espléndidos».[38]

Desde la profunda perspectiva de la fe en la Ley Mística, por ser miembros de la Soka Gakkai poseemos una buena fortuna inescrutable. ¡Y esto debería motivarnos, realmente, a «danzar de alegría»!

«La mayor de todas las alegrías»

Un famoso pasaje del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente habla de «la mayor de todas las alegrías».[39]

Aparece en el comentario del Daishonin sobre el capítulo «La profecía de iluminación a los quinientos discípulos» (8.o) del Sutra del loto, donde Shakyamuni, en la tercera tanda de prédica basada en las relaciones, anuncia a muchos discípulos suyos que escuchaban la voz que lograrían la iluminación en el futuro. Al oírlo, estos descubren su potencial interior, sintiéndose embargados de un gozo incontenible.[40]

Luego, el Daishonin señala: «Este pasaje menciona que gran alegría es lo que uno experimenta cuando comprende, por primera vez, que su mente (o vida) ha sido un buda, desde el mismísimo comienzo. Nam-myoho-renge-kyo es la mayor de todas las alegrías».[41]

No hay júbilo más grande que despertar a la realidad de que poseemos intrínsecamente el estado de budeidad, noble y supremo. Esta es la dicha incontenible condensada en la frase «Este cúmulo de joyas inapreciables / ha llegado a nosotros sin que lo hayamos buscado».[42]

Durante la campaña de Osaka[43] nuestros camaradas rebosaban de un júbilo inmenso, cuyo origen fue creer en la nobleza y en el potencial ilimitado de su vida y de la vida de los semejantes. Así, se lanzaron apasionadamente al desafío de su revolución humana y a lograr el ideal de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra».

Por mi parte, oré, trabajé al máximo y convoqué a nuestros líderes de Kansai, decidido a que informásemos a nuestro mentor una resonante victoria del pueblo. «Alentemos y brindemos orientación a cada compañero, para que todos puedan experimentar en su vida una gran revitalización personal. Expresemos la alegría y la determinación que nacen de la fe en la Ley Mística. ¡Transmitamos a otros el orgullo de pertenecer a un movimiento dedicado a la noble misión de los Bodisatvas de la Tierra!». Luché como corresponde a un joven y a un discípulo del maestro Toda, para construir un «castillo dorado de buena fortuna»,[44] entregando hasta el último palmo de mis fuerzas, como queriendo condensar «en un solo instante de la vida el esfuerzo y las agonías de millones de kalpas».[45]

Este compromiso compartido de mentor y discípulo, inseparables y en perfecta unión, cobró vida en todos los miembros de Kansai. Así fortalecidos se lanzaron a actuar, ascendieron por los caminos más escarpados y despejaron la ruta para el futuro del kosen-rufu mundial. Ese dinamismo, imbuido de la mayor de todas las alegrías, es la fuerza motriz que impulsa el progreso del movimiento Soka y nuestra victoria perpetua.

Un diálogo que inspire esperanza y valentía

En este mes de marzo (de 2023), propaguemos la inmensa dicha de estudiar y de practicar cada día el budismo del sol de Nichiren Daishonin, con la postura de esforzarnos más aún a partir de este momento.

Construyamos espacios de paz y de seguridad para todos, a través de mantener un diálogo perseverante con el corazón benevolente de aliviar el sufrimiento y de infundir alegría, disipando los temores y preocupaciones de la gente e impartiendo esperanza y coraje.

¡Sintamos el orgullo de practicar la filosofía del budismo Nichiren, nuestro «cúmulo de joyas inapreciables», y avancemos juntos con la confianza y el júbilo de haber adquirido un tesoro incomparable sin haberlo buscado!

Living Buddhism
Enero de 2024

References

  1. Goethe, Johann Wolfgang von: Wilhelm Meister’s Journeyman Years (Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister), trad. ingl. Krishna Winston, en Goethe’s Collected Works (Obras completas de Goethe), vol. 10, ed. ingl. Jane K. Brown, Princeton, Nueva Jersey: Princeton University Press, 1995, pág. 319. ↩︎
  2. Ikeda Sensei dio esta disertación en la Universidad Soka el 10 de marzo de 2003. Luego se publicó y tradujo como «Goethe, el hombre». ↩︎
  3. Véase Heinemann, Karl: Goethe, Stuttgart: Alfred Kröner Verlag, 1922, vol. 1, pág. 10. ↩︎
  4. El Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014,cap. 3, pág. 68. ↩︎
  5. Ib., pág. 54. ↩︎
  6. The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004,pág. 43. ↩︎
  7. También, «tres ciclos de prédica». ↩︎
  8. El capítulo «Parábolas y semejanzas» (3.o) del Sutra del loto empieza cuando Shariputra declara que se siente orgulloso y feliz de saber que logrará la budeidad en el futuro, luego de enterarse, en el capítulo precedente «Medios hábiles» que la única gran razón por la cual los budas aparecen en el mundo es posibilitar a todas las personas el logro de la budeidad. Después de conferir a Shariputra una profecía de iluminación, Shakyamuni procede a exponer la parábola de los tres carros y la casa en llamas con el fin de explicar «la sustitución de los tres vehículos por el vehículo único». Desde la segunda mitad de este capítulo en adelante, y a lo largo de los tres capítulos siguientes —«Creencia y comprensión» (4.o), «La parábola de las hierbas medicinales» (5.o) y «La anunciación de profecías» (6.o)— Shakyamuni predice el logro de la iluminación en el futuro a los cuatro grandes discípulos que escuchan la voz: Mahakashyapa, Maudgalyayana, Katyayana y Subhuti. En el capítulo «Creencia y comprensión», estos cuatro se regocijan y, para testimoniar que han comprendido la enseñanza, predican la parábola del hombre rico y su hijo pobre, y declaran que haber recibido ese tesoro supremo los colma de júbilo. ↩︎
  9. Siete parábolas mencionadas en el Sutra del loto. Son: 1) la parábola de los tres carros y la casa en llamas, en el capítulo «Parábolas y semejanzas» (3.o); 2) la parábola del hombre rico y su hijo pobre, en el capítulo «Creencia y comprensión» (4.o); 3) la parábola de las tres clases de hierbas medicinales y las dos clases de árboles, en el capítulo «La parábola de las hierbas medicinales» (5.o); 4) la parábola de la ciudad fantasma y la tierra de los tesoros, en el capítulo «La parábola de la ciudad fantasma» (7.o); 5) la parábola de la joya escondida en la túnica, en el capítulo «La profecía de iluminación a los quinientos discípulos» (8.o); 6) la parábola de la joya invalorable en el rodete, en el capítulo «Prácticas pacíficas» (14.o) y 7) la parábola del médico excelso y sus hijos enfermos, en el capítulo «Duración de la vida» (16.o). ↩︎
  10. T’ien-t’ai (538-597): También conocido como el gran maestro T’ien-t’ai o Chih-i. Fundador de la escuela T’ien-t’ai en la China. Su discípulo Chang’an (561-632) compiló las que se consideran las tres obras principales de T ien-t’ai: Gran concentración e introspección, Profundo significado del «Sutra del loto» y Palabras y frases del «Sutra del loto». ↩︎
  11. Véase Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 43. ↩︎
  12. El Sutra del loto, cap. 3, pág. 69. ↩︎
  13. Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 43. ↩︎
  14. Ib. ↩︎
  15. Ib. ↩︎
  16. Adoptar voluntariamente el karma apropiado: Alusión a los bodisatvas que, aunque están calificados para recibir las recompensas puras de la práctica budista, renuncian a ellas y juran, en cambio, renacer en una tierra impura para salvar a los seres vivos. Ellos propagan la Ley Mística mientras sobrellevan los mismos padecimientos y aflicciones que la gente que nace en este mundo perverso a causa de su karma. El término deriva de la interpretación de Miao-lo sobre pasajes relevantes del capítulo «El maestro de la Ley» (10.o) del Sutra del loto: «Rey de la Medicina, debes comprender que estas personas voluntariamente renuncian a las recompensas que les corresponderían por sus acciones puras y, compadecidas ante los seres vivos, nacen en el mundo malvado después de mi extinción para exponer ampliamente este sutra». (El Sutra del loto, cap. 10, pág. 160). ↩︎
  17. El Sutra del loto, cap. 4, pág. 87. ↩︎
  18. Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, págs. 54-55. ↩︎
  19. Ignorancia fundamental: También llamada oscuridad fundamental. La ilusión más hondamente arraigada en la vida, que da lugar a todas las otras ilusiones. Se refiere a la incapacidad de ver o de reconocer la verdad suprema de la Ley Mística, así como las pulsiones negativas que surgen de dicha ignorancia. ↩︎
  20. Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 54. ↩︎
  21. Lograr la budeidad con la forma que uno posee: A diferencia de los sutras anteriores, que afirmaban que hacía falta perseverar en una práctica ardua durante largos eones para lograr la budeidad, el Sutra del loto expone que todas las personas pueden lograr la budeidad en esta existencia, tal como son. ↩︎
  22. Obtener el acceso a través de la fe: En el capítulo«Parábolas y semejanzas» (3.o) del Sutra del loto, Shakyamuni dice a Shariputra, quien de todos sus discípulos era el de sabiduría más brillante: «Hasta tú, Shariputra, en lo que respecta a este sutra, solo has podido obtener el acceso a través de la fe». Véase El Sutra del loto, cap. 3,pág. 73. ↩︎
  23. Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 54. ↩︎
  24. Ib. ↩︎
  25. Ib. ↩︎
  26. Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 144. ↩︎
  27. Ib., pág. 55. ↩︎
  28. El Sutra del loto, cap. 4, pág. 87. ↩︎
  29. Paramitas: Prácticas requeridas a los bodisatvas del Mahayana con miras al logro de la budeidad. La palabra sánscrita paramita se interpreta como «perfección» o como «haber llegado a la orilla opuesta»; es decir, cruzar de la orilla de la ilusión a la orilla de la iluminación. ↩︎
  30. Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, págs. 58-59. ↩︎
  31. El Sutra del loto, cap. 4, pág. 87. ↩︎
  32. Esta parábola cuenta el recurso que utiliza un padre para hacer que sus hijos, enfrascados en los juegos y ajenos al peligro, salgan de la casa que se estaba incendiando. Les dice que, afuera de la vivienda, los están esperando tres carros, tirados por cabras, ciervos y bueyes. Pero cuando los niños salen, descubren que su padre les ha dado enormes carrozas tiradas por bueyes blancos. Los carros tirados por cabras, ciervos y bueyes comunes representan, respectivamente, los estados de los que escuchan la voz, los que toman conciencia de la causa y los bodisatvas, mientras que los grandes carruajes tirados por bueyes blancos simbolizan el vehículo único de la budeidad, el Sutra del loto. El padre representa al Buda, mientras que los hijos son todos los seres. La casa en llamas es el mundo saha de sufrimientos, en donde, a causa de las ideas distorsionadas, viven a merced de las ilusiones y los deseos mundanos, repitiendo el ciclo de los seis estados inferiores —los del infierno, las entidades hambrientas, los animales, los asuras, los seres humanos y los seres celestiales—.  ↩︎
  33. El Sutra del loto, cap. 4, pág. 86. ↩︎
  34. Véase ib., pág. 87. ↩︎
  35. Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 59. ↩︎
  36. Ib. ↩︎
  37. El Sutra del loto, cap. 4,pág. 87. ↩︎
  38. Toda, Josei: Toda Josei zenshu (Obras completas de Josei Toda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1981, vol. 1, págs. 92-93. ↩︎
  39. Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 212. ↩︎
  40. Véase El Sutra del loto, cap. 8,pág. 151. ↩︎
  41. Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, págs. 211-212. ↩︎
  42. El Sutra del loto, cap. 4, pág. 87. ↩︎
  43. Campaña de Osaka: En mayo de 1956, los miembros de Kansai, unidos en torno al joven Daisaku Ikeda, quien había sido enviado a ese lugar por el presidente Josei Toda para servirles de apoyo, lograron el ingreso de 11 111 nuevas familias a la Soka Gakkai, como practicantes del budismo Nichiren. En las elecciones legislativas realizadas dos meses más tarde, el candidato apoyado por la organización en Kansai obtuvo un escaño en la Cámara de Consejeros, hazaña considerada irrealizable por todos, en aquel momento. ↩︎
  44. La expresión «Castillo dorado» [literalmente, Castillo de Jinzhou, nombre de una fortaleza indestructible de la antigua China] en la Soka Gakkai se ha convertido en sinónimo de la organización de Kansai. Una obra caligráfica que el presidente Ikeda inscribió para los miembros de dicha región dice: «Castillo dorado de buena fortuna». ↩︎
  45. Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 214. ↩︎

Brillar siendo los faros de esperanza más potentes del mundo

Inner Change—Volume 28, Chapter 3